Las dificultades asociadas a nuestro estilo
de vida pueden llevarnos a situaciones conflictivas que no seamos
capaces de solucionar por nosotros mismos, y que supongan una merma
considerable en nuestro bienestar.
Pese a que el apoyo y comprensión de nuestro entorno cercano resulta
una ayuda importante, puede no ser suficiente cuando lo que se requiere
es un cambio en nuestro modo de concebir la situación, que posibilite
una forma novedosa y saludable de pensar, sentir y comportarnos.